15.2.06

El restaurante de ramen

Luego de profundas investigaciones en las que he invertido entre 60 minutos y una hora de mi excesivo tiempo libre, he llegado a la conclusión de que el éxito del manga y el animé se basa casi exclusivamente en el aporte y la fama de diversas fuentes, entre las que se cuentan los clásicos infantiles, las religiones, las mitologías, los relatos populares y las anécdotas de mi vida amorosa.
Esto, en realidad, no resultaría nada nuevo.
Lo mismo ocurre con otras grandes productoras de animación occidentales, que han basado gran parte de sus obras en cuentos tradicionales como Aladíno y Pulgarcita y también con los políticos, sin ir más lejos, que parecen tener sus planes de gobierno basados en Las Aventuras del Barón de Munchhausen.
Como ejemplo, basta solo con dar un vistazo a Los caballeros del Zodíaco y a B’t X para darse cuenta que Masami Kurumada se ha cargado impiadosa y sistemáticamente con todas las mitologías que logró encontrar en su biblioteca, incluidas nórdicas, babilónicas y tehuelches. Paradójicamente a esto, no hay más que observar detenidamente los capítulos de Dragon Ball para darse cuenta que sus rutinas de batalla están basadas más en las coreografías de High School Music que en las artes marciales.

Existen, sin embargo, multitud de analogías algo más solapadas aún y solo evidentes al ojo experto, como las que hay entre Ranma y el Popol Vuh, entre Evangelion y Hansel y Gretel o entre Ghost in the Shell y Mi Pequeño Pony.
Este tipo de sutilezas literarias, cuya extensión sería tal vez tedioso enumerar en esta nota, me ha animado a realizar una pequeña historia (en mi caso basada en una suculenta ingesta de porotos en almíbar) que si bien espero poder vender algún día a una gran corporación editorial, incluiré por el momento en este artículo en un desesperado e infantil intento por alargarlo lo más posible.

La Serenita (aka Ariel Tsukino)

Había una vez una linda Serenita que residía en el fondo del mar, aunque normalmente estaba en la luna. Esta Serenita estaba prendada de Endimión, príncipe del reino de la tierra (porque el chabón no se bañaba nunca).
Endimión, paseando por la rivera, fue atraído por los bellos cantos de la Serenita, a quien confundió con una niña sin percatarse que se trataba de un pescado bárbaro. La Serenita decidió un día salir del mar para poder conocer mejor al Príncipe Endimión, y eventualmente faltarle el respeto. El problema era que no solo no había ningún par de zapatos que hiciera juego con sus aletas, sino que además no lograba sacarse la baranda a atún por más Impulse que se pusiera.

Siguiendo el consejo de Luna, un pez-gato, la Serenita decidió visitar a una malvada bruja del fondo del mar llamada Beryl, quien en sus ratos libres preparaba pociones mágicas y regenteaba un restaurante de ramen.
La bruja le dio a la Serenita la forma humana que esta deseaba y le pidió a cambio quedarse con sus bellos cantos, en parte por haber usado sus poderes y en parte porque la Serenita le había lastrado todas las existencias de ramen del restaurante.
La Serenita aceptó, y con su nueva forma humana se presentó en palacio. Si bien estaba muda, a Dios gracias, el Príncipe la reconoció enseguida porque de un descuidado codazo derribó todas las armaduras de la sala de armas y logró activar dos misiles Tomahawk, todavía inexistentes en aquella época.
El príncipe Endimion quedó deslumbrado por la belleza de la Serenita, aunque no de su agudeza mental, pero en ese momento hizo su aparición la malvada bruja del fondo del mar, quien amenazó con quedarse con los bellos cantos de la Serenita si ésta no le pagaba todos los platos de ramen que había consumido en su establecimiento.
La Serenita se negó rotundamente, alegando un tecnicismo legal sugerido por la nereida Amy, y destruyó a la malvada bruja con la ayuda conjunta de su cetro lunar y una granada de fragmentación SFG 82, evitando que ésta estropée sus bellos cantos y demostrando una vez más que, cuando se es malvado, todas las garantías constitucionales están suprimidas. Fin.

Prólogo

Seguramente habrá quienes piensen que me he tomado varias licencias narrativas a la hora de hacer este artículo, pero si Disney no pidió disculpas a Hans Cristian Handersen ni a Osamu Tezuka, ¿por qué habría de hacerlo yo?

Glosario

Ramen: comida rápida compuesta por fideos en caldo, muy común en Japón.

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